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Viajes de incentivos de empresas qué son y sus beneficios

Oct 11, 2018

La motivación, el motivo del viaje de incentivos

 

Seguro que en primaria, más de un curso, sacaste buenas notas porque te habían prometido el videojuego del momento. Y si en secundaria la promesa era una moto, seguro que quedaste el primero de la clase. Y es que desde pequeños se nos incentiva a base de premios y recompensas. Así, a lo largo de nuestra vida, vamos alcanzando determinados objetivos y metas. Porque, ¿qué hay más motivador que se reconozca tu esfuerzo o tus resultados ‘ganando’ algo que anhelas? Y es que la motivación está muy ligada al reconocimiento y al disfrute.

 

La motivación juega un papel fundamental en la vida… y en el trabajo. ¡Que se lo digan a las áreas de Recursos Humanos! Pero no solo a ellos. La motivación de un equipo repercute en los resultados globales de cualquier compañía e incide de forma positiva en todas las áreas de la empresa.

 

Según estudios de la Universidad de Warwick y del Wall Street Journal junto al Opener Institute for People, un trabajador que se siente satisfecho y reconocido es un 12 por ciento más productivo y un 31 por ciento más eficiente.

 

Una de las fórmulas más conocidas y reconocidas de motivación son los viajes de incentivos, que para muchos empleados supone la oportunidad de conocer rincones del mundo a los que, quizá, no viajarían en otro contexto. Pero más allá del destino, está la experiencia. Los viajes de incentivos suponen también la oportunidad de compartir experiencias distintas a las habituales con los que, en muchos casos, ya no son solo compañeros de trabajo, sino amigos.

 

 

A continuación, analizamos sus beneficios desde diferentes perspectivas.

 

> Suponen un elemento importante con el que afianzar la cultura corporativa, alineando a los empleados con la misión y la visión de la empresa. Constituyen un reconocimiento tangible al esfuerzo depositado por encaminar nuestra labor y nuestra forma de hacer las cosas hacia aquello que ya no entendemos como un objetivo de la empresa, sino como un objetivo común.

 

> Son un factor de atracción y retención del talento. Si bien, pueden no constituir el único elemento por el que el empleado decida no marcharse de la empresa, sí pueden ser un punto a favor de la decisión de ‘no mover curriculum’. Un viaje de incentivos atractivo, junto con otros elementos de incentivación, pueden ser determinantes para que el capital humano de la compañía quiera ‘pertenecer y permanecer’.

 

> Asimismo, los viajes de incentivos convierten a los empleados en embajadores de la compañía como empleadora. Porque seguro que después de que tu cuñada te contara cómo se lo pasó en el viaje que hizo con la empresa a Cuba, te planteaste hacerles llegar tu curriculum. Y es que, a pesar de estar inmersos en la era digital, el ‘boca a boca’, la experiencia de alguien en quien confiamos, es la prescripción a la que, en muchos casos, seguimos dando más valor.

 

> En el seno de los viajes de incentivos también se afianza la cohesión de equipos y departamentos, creando un sentimiento de identidad que lleva a trabajar codo con codo en un ambiente más distendido e, incluso, solidario, creando entornos colaborativos en los que reina el buen ambiente. Además, qué mejor manera de hacer equipo que compartiendo experiencias en un viaje con compañeros del trabajo que solo conoces en el ámbito laboral. En definitiva, contribuye a mejorar el clima laboral.

 

> Todos estos factores contribuyen a mejorar el rendimiento de los empleados, tanto en el plano cuantitativo como en el cualitativo: más cantidad, más calidad. Que, además, tienen reflejo en la cuenta de resultados. Más producción, más facturación, más rentabilidad…

 

También de puertas para fuera…

 

Pero los viajes de incentivos no se deben quedar solo de puertas para dentro. Constituyen una estupenda fórmula de afianzar relaciones con nuestros partners.

Con un viaje de incentivos a sus mejores partners (intermediarios, agentes…), una empresa estrecha vínculos con quienes constituyen uno de sus pilares fundamentales. El partner ve reconocida su labor con la compañía, la cual puede y debe aprovechar para crear o afianzar el vínculo, no solo comercial, sino también emocional, del partner hacia la marca.

Un viaje de incentivos hará a la marca perdurar en la mente del partner, situándola como una de las primeras opciones a la hora de ofrecer varias marcas a potenciales clientes. Ello, le llevará a asociar la relación con la compañía con una más que grata experiencia que se puede convertir en una potente herramienta de marketing. Aquí, el boca a boca vuelve a cobrar protagonismo. Y es que un socio que ve reconocida su labor, además de mejorar sus resultados de cara al próximo ejercicio, puede atraer nuevos partners interesados en trabajar con la compañía.